17 de mayo de 2010

El poder de un consumidor


Todos somos consumidores y consumir no es sólo comprar. Consumir no es un acto vanal, no es algo indiferente. Hemos de ser conscientes de que un consumidor -todos lo somos- puede incidir mucho en las políticas de las empresas. Orientar nuestro consumo hacia una u otra marca es un ejercicio de poder que repercute en las empresas. Y si es posible, que lo es, estaría bien que al consumir pudiéramos premiar a las empresas con comportamiento responsable o verdaderamente comprometidas con el desarrollo de los más pobres, y castigar -es decir, no comprar- a quienes en su hacer se aprovechan de los trabajdores, o simplemente buscan el lucro sin más compromiso.

Para adoptar esta actitud solo necesitamos una cosa: pensar al consumir; reflexionar mientras paseamos con el carrito por el supermercado, o vamos mirando lo que nos ofrece la tienda en la que estamos. Interrogarnos al coger uno de los productos: ¿es esto lo que necesito? ¿cual de estos sé que defiende valores importantes? Así, priorizamos una marca porque tiene valores que compartimos, castigamos otra porque no se comporta de forma responsable con sus trabajadores... elegimos productos que favorecen el desarrollo de personas en la pobreza, etc.

Para esto, claro está, necesitamos información y no siempre la tenemos. Desde aquí, queremos ir recopilando entre todos los consumidores, productos y marcas responsables y solidarias; así como denunciar aquellas de las que tengamos constancia que no lo son.

Contamos con vuestra ayuda para ir sugiriendo productos, marcas, servicios, con esta filosofía. Agradecemos todos vuestros comentarios y ya sabeis ¡pensar cuando vais a comprar!

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