6 de noviembre de 2009

Con suma reflexión


El Consumo responsable requiere reflexión. Comprar, como ejercicio humano que es, necesita poner la cabeza, pensar si es necesario lo que vamos a adquirir, si nos sirve, si al comprarlo contribuimos al desarrollo de los más desfavorecidos, o si por el contrario ese producto daña la justicia social.

A poco que pensemos, podemos darnos cuenta de que hay hábitos de consumo que dañan la distribución justa de la riqueza en el mundo, porque sus prácticas son injustas: precios de compra muy bajos, muchos intermediarios y precios de venta escandalosos. Actualmente hay empresas íntimamente unidas a ONG, como respuestas solidarias, que se esfuerzan por hacer presentes en el mercado español, productos elaborados en países en desarrollo -elaborados en talleres impulsados por ellos o de pequeñas empresas ya existentes- y destinan el 100% de sus beneficios a realizar nuevos proyectos de desarrollo en esas zonas.

Por otra parte, la compra responsable exige pensar si el uso dañará el medio ambiente en alguna de sus fases: elaboración, distribución, embasado, venta... o producirá basuras no reciclables... Si estamos comprando algo encarecido por la marca, el envase... o realmente vale lo que estamos pagando.

Es verdad que hay poca información... ¿cómo saber si lo que compro tiene esas características? ¡para eso estamos! y ya sabes... cuando vayas a comprar, ¡piensa un poco!

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